Sabemos de la migración que se está dando en la visita médica del centro de salud a la farmacia y la repercusión que ello conlleva, de tener que ser los visitadores médicos personas con habilidades añadidas y con un perfil más completo, dinámico y formado. Su rol ha cambiado, y la situación actual en las farmacias y en la industria lleva a que su laboratorio y el propio farmacéutico le exijan más.
Un visitador médico ha de ir más allá de sus funciones habituales, y tiene que dar un paso adelante para convertirse en un agente dinámico con capacidad de iniciativa propia y descubrirse como un captador de tendencias, y adelantarse en las necesidades de obtener información para su laboratorio y de esta manera, poder ganarse -fidelizar- a la farmacia, dotándole de herramientas útiles en su búsqueda de una mayor rentabilidad, frente a la competencia.